Helg Sgarbi -oficial del Ejército suizo, licenciado en Derecho, una sonrisa de dientes perfectos- era un hombre irresistible y encantador para las mujeres, más precisamente, las millonarias. Y una de las personas que cayó en su trampa es la alemana Susanne Klatten, la heredera de la empresa automovilística BMW . La historia se remonta a agosto de 2007. Él tenía 43 años; ella, 46. Empezaron a frecuentarse a escondidas. Klatten era una madre de familia que había aprendido a cultivar el perfil bajo a pesar de su descomunal fortuna. "Era un hombre fascinante de ojos azules, alto y delgado", declararía después a la policía italiana . Sin siquiera sospecharlo, cuando Klatten le abrió sus puertas a Sgarbi, también dejó entrar a una red de chantaje. Los encuentros secretos entre ellos fueron grabados . Durante ocho semanas estuvieron juntos. Tiempo después, a la magnate alemana le llegó la primera amenaza. Ernano Barretta, cómplice de Sgarbi, le pedía 49 millones de euros a
La cinematografía que ha transformado la sociedad, y que ha descubierto su propio lenguaje, en un mundo donde la humanidad, frecuentemente esta en la búsqueda de descubrir nuevos horizontes. El cine nos permite disfrutar de la imaginación de hombres y mujeres que saben contar una historia basada en la realidad o ficción donde la imagen en movimiento habla por si sola. El ingenio de unos se transformo en el disfrute de otros que perdura hasta hoy.