Los hechos criminales que involucran a niños son cada vez más comunes en las CALLES de Río de Janeiro. La población está cansada y exige medidas extremas, incluso, responder con más violencia organizada. Muchos llegan a pedir la muerte de los atacantes
Los teléfonos móviles de última generación son el principal objetivo de las bandas integradas por menores. Los robos a autobuses se multiplicaron y mucha gente hasta tiene miedo de salir de sus casas. Una de las víctimas fue Isabella, quien viajaba en un autobús cuando “20 niños entraron por la puerta trasera con piedras en sus manos”. De allí en adelante, según publicó El Confidencial, para ella todo fue de terror. “Hubo gritos, peleas, agresiones a los pasajeros, olor a marihuana, un pandemonio”. No los dejaban bajar y los amenazaban: “Todo el mundo va a morir”. Cuando finalmente un policía logró hacer descender a los pasajeros, “algunos proyectos de monstruos se reían”. El cierre de su historia refleja una sensación cada vez más común entre los cariocas, según publica el sitio web actualidad.rt.com. “Recordar aquellas expresiones en sus rostros, de maldad y de placer en hacer daño a los demás, me convence de que la maldad existe. Lo afirmo de nuevo: no son niños, no es por