“¿Tienen nuevas?”, preguntan. “De todo. Iniciantes y 'sanitas' [como llaman a las niñas vírgenes]”, responde el portero del local. Dentro del 'María Mulata II' una fila de hombres circula en orden por los pasillos de un patio. A los lados, mujeres en ropa interior esperan apoyadas en sus puertas. Tan sólo se ven siluetas creadas por las luces rojas de las habitaciones. Un 'reggaeton' estridente ensordece el ambiente. Abajo unos neones donde se lee “Cervecería” iluminan una barra de bar sin clientes. En una de las paredes, un pequeño televisor emite en bucle vídeos de felaciones. Los hombres -la mayoría jóvenes– se aglomeran en algunas puertas. Ahí están las menores. Las recién llegadas suelen usar gorras y mantienen la cabeza agachada para no ser reconocidas. Delante de sus puertas se suele colocar alguno de los proxenetas, con peto rojo, para vigilarlas. En una de esos cuartos, de dos por dos metros, donde pende un fluorescente rojo en vertical en una
La cinematografía que ha transformado la sociedad, y que ha descubierto su propio lenguaje, en un mundo donde la humanidad, frecuentemente esta en la búsqueda de descubrir nuevos horizontes. El cine nos permite disfrutar de la imaginación de hombres y mujeres que saben contar una historia basada en la realidad o ficción donde la imagen en movimiento habla por si sola. El ingenio de unos se transformo en el disfrute de otros que perdura hasta hoy.