Diana Kim, una fotógrafa nacida en Maui, una isla de Hawai, ha recibido su mejor regalo de cumpleaños con 30 años. Cuando apenas era una niña, sus padres se divorciaron y nunca más volvió a ver su padre Toda su infancia, toda su adolescencia estuvo separada de su padrepero hubo una cosa que jamás olvidó de él: su gran pasión por la fotografía. Diana siguió sus pasos y empezó a apuntarse a varios cursos que le introdujeran en el mundillo.
La fotografía era lo único que le quedaba a Diana de su padre y lo que le ha terminado uniendo con él Después de conseguir hacerse un hueco como profesional de la fotografía, esta joven hawaiana fue destinada a realizar varios ensayos sobre los vagabundos y personas sin hogar que había en el país para demostrar la diferencia entre personas que viven a apenas unos kilómetros de distancia.Justo antes de acudir a esa comunidad de vagabundos, Diana contactó con su abuela un día y le contó que su abuela sufría una grave enfermedad mental y que desconocía su paradero desde hace tiempo:únicamente sabía que vivía en la calles de Hawai. Y fue en una de esas sesiones fotográficas en las que la Diana encontró a su padre y se reencontró con él. Estaba en un débil estado de salud, algo que la llevó a llamar a los servicios de emergencias, los cuales decidieron que debía ser hospitalizado.La vida de los dos cambió ese día: la de Diana, porque jamás volverá a separarse de su padre, y la de este, porque gracias a su hija, su día a día ha cambiado a mejor y sus enfermedades mentales no le afectan como en el pasado. ¡Una historia preciosa!
Comentarios