Aunque el vestido suele encargarse entre seis y ocho meses antes de la fecha elegida pra el día 'B', la fecha límite para comenzar a ponerse en forma suele dejarse para más adelante: la que parece ser la marca más común son los tres meses inmediatamente anteriores a la boda. Incluso la televisiva Lauren Conrad detallaba la marca de los tres meses en su propio blog en mayo de 2014 (cuatro meses antes de pasa por el altar), haciendo especial hincapié en la necesidad de combinar una rutina de fitness -y seguirla religiosamente-, con una dieta adecuada baja en azúcares refinados y grasas procesadas, y con un adecuado nivel de hidratos de carbono procedentes de fuentes naturales como patatas, quinoa o arroz integral. El objetivo: llegar a la boda en forma y con un aspecto saludable.
Esto no quiere decir que no se pueda comenzar a practicar ejercicio antes, o que en tres meses vayamos a pasar por cambios físicos milagrosos: un total de doce semanas de ejercicio y dieta combinados, bajo supervisión de un nutricionista y un instructor de fitness,no deberían suponer una pérdida de peso radical. El equlibrio de calorías es fundamental, si lo que queremos es bajar de talla (o dicho de otro modo, reducir centímetros de contorno sin obsesionarnos con el tallaje, y menos si hablamos del peculiar tallaje de lo trajes de novia), al tiempo que tonificamos la piel, y de ahí la necesidad de combinar con el plan combinado más adecuado entre alimentación y deporte.
Cardio + musculación, para tonificar nuestra figura
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