El presidente del Congreso de Brasil, Eduardo Cunha, aprobó iniciar un juicio político en contra de la presidenta Dilma Rousseff que, de prosperar, podría acarrear el fin de su mandato.
El titular de la cámara baja dijo haber admitido una solicitud de impeachment que acusa a Rousseff de haber violado las leyes de responsabilidad fiscal de Brasil el año pasado.
- Eduardo Cunha, el poderoso político evangélico en guerra con Dilma Rousseff
- El jurista que fundó el partido de la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, y hoy busca su caída
Dicha solicitud –elaborada por prominentes abogados y miembros de la oposición– sostiene que Rousseff maquilló el déficit fiscal y gastó más de lo permitido durante 2014.
El documento también culpa al gobierno por el escándalo de corrupción que afecta a la petrolera estatal, Petrobras. Rousseff fue reelegida el año pasado, pero su popularidad ha caído en picada como consecuencia del escándalo de Petrobras y los problemas de la economía brasileña.
Y como recuerda la corresponsal de la BBC en Rio de Janeiro, Julia Carneiro, el propio Cuhna –un antiguo miembro del Partido de los Trabajadores de Rousseff– tampoco ha escapado a los escándalos.
Trama política
"Cunha enfrenta acusaciones de corrupción e hizo el anuncio justo cuando la comisión de ética del congreso se aprestaba a decidir si autorizaba o no el inicio de un proceso disciplinario en su contra", explicó Carneiro.
"Y su decisión es parte de una compleja trama política que se ha estado incubando por meses", agregó nuestra corresponsal. A Cunha se le acusa de haber mentido sobre cuentas secretas en Suiza en las que supuestamente recibía sobornos.
Y decidió iniciar el juicio político contra Rousseff cuando se hizo evidente que los diputados del oficialista Partido de los Trabajadores no iban a apoyarlo.
En una comparecencia televisiva Rousseff se dijo "indignada" por la decisión de Cunha e insistió en que no existía ninguna evidencia de mal manejo.
"Yo no tengo ninguna cuenta de banco en el extranjero", dijo también, en referencia a las acusaciones en contra del presidente del parlamento Y, para proceder, la propuesta de juicio político debe obtener dos tercios (342) de los votos de esa cámara.
En ese caso, Rousseff sería suspendida temporalmente de sus funciones, las que serían asumidas por su vicepresidente.
Y el juicio político sería conducido por el Senado, bajo la supervisión del presidente de la Corte Suprema de Justicia.
El Senado tendría un plazo de 180 días para alcanzar su veredicto. Una eventual destitución de Rousseff requeriría de dos tercios de los votos de la cámara alta (54)..
Y también se dijo confiada de que la Cámara de Diputados no le dará trámite a la medida.
Efectivamente, la decisión de Cunha significa que una comisión especial multipartidaria debe analizar la solicitud de impeachement para luego someter sus recomendaciones a la Cámara de Diputados.
Comentarios