El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) realizó una nueva ejecución pública en la localidad de Nínive, Irak, ante la presencia de una multitud que miró perpleja la decapitación. La víctima del bestial hecho era un ciudadano iraquí acusado de practicar "brujería".
El hombre fue exhibido en una plaza central de esa ciudad situada al norte del país. De rodillas, con sus manos atadas y sus ojos cubiertos con una venda, los verdugos le pusieron una vestimenta completamente azul. Luego, proceden a cortarle la cabeza con un sable. Ésa permaneció un largo rato sobre su cuerpo para que la multitud contemple qué puede pasar si violan la sharia, la ley islámica que rige en las ciudades capturadas por el ISIS.
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