Multimillonario, polémico y según sus críticos, insultante.
Donald Trump, favorito a ganar la candidatura republicana a la Casa Blanca, está acostumbrado a los choques verbales y bombásticos con sus rivales.
Pero en esta ocasión, sentado en el banco de una iglesia, Trump escuchó, sin replicar, un mensaje sobre la importancia de ayudar a todos los miembros de la familia humana y dar la bienvenida a los inmigrantes.
Trump, quien ha propuesto impedir la entrada de todos los refugiados sirios y deportar a cerca de 11 millones de inmigrantes ilegales de territorio estadounidense, asistió a un servicio en la iglesia presbiteriana de la localidad de Muscataine, en Iowa.
Es en este estado donde comienza en una semana la votación en las primarias estadounidenses y donde el voto conservador de las comunidades religiosas se considera un factor clave.
Manifestantes en Iowa. La polémica postura del aspirante a la nominación republicana sobre refugiados e inmigrantes sigue generando protestas.
"Jesús nos enseña hoy que vino para ayudar también a aquellos que están fuera de la Iglesia", dijo la reverenda Pamela Saturnia.
Durante el servicio de una hora, la religiosa predicó un mensaje de aceptación de "todos aquellos que son los menos queridos, los más discriminados, los más olvidados en nuestra comunidad y en el mundo".
Y para no dejar lugar a dudas, Saturnia citó como ejemplos de quienes merecen esa aceptación a "los refugiados sirios" y a "los inmigrantes mexicanos".
"Comparte a Jesús con quienes lo necesitan", dijo la pastora.
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