“En 2015 mi familia se sostuvo con mi microemprendimiento”, cuenta Sabrina B., una vecina de la provincia de Buenos Aires que compra pañales en un supermercado mayorista y los revende en el barrio obrero en el que vive. Su marido busca sin éxito trabajo desde hace casi un año. La pareja y sus tres hijos se benefician de la asignación universal por hijo que reciben del Estado a cambio de enviarlos a la escuela y los controles médicos.
La realidad de Sabrina se asemeja a la de muchas familias del resto de Latinoamérica, una región afectada por una crisis económica que amenaza con elevar el desempleo y la pobreza. Entre 2003 y 2014, América Latina, y sobre todo el sur de la región beneficiado por la bonanza de las materias primas, experimentó fuertes bajadas de los niveles de paro, pobreza y desigualdad. Pero la contracción económica de 2015, concentrada en Brasil y Venezuela, ha revertido la tendencia de la reducción del desempleo, llevando a numerosas personas a la pobreza.
El paro en América Latina subió en 2015 por primera vez en cinco años, pasando del 6,2% al 6,7% de la población activa, según cálculos de la Organización Internacional del Trabajo(OIT). El alza del paro se registró principalmente en Sudamérica, donde la tasa pasó del 6,8% al 7,6%. También creció en el Caribe (del 8,2% al 8,5%). En cambio, en Centroamérica y México, menos dependientes de las exportaciones de materias primas y más vinculadas a la demanda de EE UU, el desempleo descendió del 5,2% al 4,8%.
“Hay indicadores de desaceleración en el crecimiento de los salarios, así como de una reducción en la generación de puestos de trabajo no asalariados, mientras que aumenta el trabajo por cuenta propia, que en muchos casos está asociado a condiciones laborales precarias”, advirtió la OIT en un informe recientemente publicado. En Brasil, la mayor economía latinoamericana, el paro subió del 6,9% al 8,4% entre el tercer trimestre de 2014 y el mismo periodo de 2015.
Aunque el PIB regional solo se contrajo el año pasado, el crecimiento ya venía ralentizándose año tras año desde 2012. “Los cuatro años de desaceleración económica comienzan a tener un impacto adverso en los puestos de trabajo y el ingreso familiar de América Latina y el Caribe”, según ha publicado recientemente el Banco Mundial. En opinión de este organismo multilateral, en la actualidad pesan más factores internos que externos en la evolución del PIB de cada país de la región.
Informe sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016
El crecimiento económico por sí solo no va a reducir la pobreza y la desigualdad en América Latina y el Caribe. Este es uno de los mensajes clave del PNUD para su próximo Informe sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe " Progreso Multidimensional: Bienestar más allá del ingreso", que se lanzará a principios 2016.
“Está claro que “más de lo mismo” en crecimiento – y en políticas públicas – ya no rinde más de lo mismo en reducción de pobreza y desigualdad,” dijo la Subsecretaria General de la ONU y Directora del PNUD para América Latina y el Caribe Jessica Faieta.
“Un mayor crecimiento económico no conduce necesariamente a generar un mayor progreso social: tenemos que tener políticas diferentes, también en un momento en que se agotan los recursos fiscales para expandir las redes de protección social.”
El PNUD destaca que el bienestar de la gente es “más que ingreso”, con un llamado a que los líderes de la región se centren en el “progreso multidimensional”. Eso significa invertir en capacidades para la inserción laboral, en sistemas financieros que no lleven a un sobreendeudamiento de los pobres y reduciendo las brechas de género.
Desafíos
Con la reciente reducción en el ritmo de crecimiento económico de la región, el PNUD estima que cerca de 1.5 millones más de hombres y mujeres caerán en la pobreza hasta el fin del año. Ellos se sumarán a los 1.7 millones de latinoamericanos que ya cayeron en la pobreza (viviendo con menos de $4 dólares al día) en 2014 —por primera vez en la década—según proyecciones de PNUD.
Este nuevo próximo informe muestra que lo que determina la “salida de la pobreza” (educación de calidad y empleo) es distinto a lo que lleva a “evitar la recaída en la pobreza” (existencia de redes de protección social y activos de los hogares).
PNUD se centra en cómo construir "resiliencia",—o la capacidad de absorber choques externos, sean financieros o desastres naturales, sin que haya grandes pérdidas sociales y económicas. Esto es particularmente importante para los 200 millones de latinoamericanos vulnerables de la región: los que ni se clasifican como “pobres", viviendo por debajo de la línea de pobreza de US $ 4 / día, ni han logrado ascender a la clase media.
En ese contexto el PNUD prepara su Nuevo Informe de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016 que también incluirá recomendaciones de políticas públicas que reflejen la transición de los Objetivos de Desarrollo del Mileno hacia la nueva agenda global de desarrollo, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se lanzarán en septiembre del 2015 durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Este tercer Informe de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe es una publicación con independencia editorial del PNUD. Este informe está siendo elaborado con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Participan del Consejo Asesor del informe más de 20 autoridades entre ministros, senadores, académicos y los actuales líderes de las principales organizaciones multilaterales de la región.
Comentarios