Al día siguiente del ataque con carro bomba que causó 37 muertos en Ankara, la capital de Turquía, una imagen de dos jóvenes amigos que sonríen a la cámara se ha convertido en el símbolo de la pena y de la creciente sensación de inseguridad que se vive en ese país.
Los forenses trabajan en el lugar de la explosión de la bomba. |
Un coche bomba ha explotado en el barrio de Kizilay, en Ankara, Turquía, el 13 de marzo de 2016. Reuters ha confirmado que el atentado ha dejado varias decenas de muertes y más de un centenar de heridos. Según los testigos, la explosión se produjo en Güvenpark, cerca de la sede de varias instituciones gubernamentales. Después de la bomba, se escucharon tiros en el lugar de los hechos.
Ali Deniz Uzatmaz, de 19 años, falleció junto a un centenar de personas el 10 de octubre pasado en un ataque con bomba contra de una manifestación a favor de la paz en Ankara, que el gobierno atribuyó al autodenominado Estado Islámico.
"Siempre vivirá en nuestros corazones", dijo entonces en Twitter su amigo de la infancia Ozankan Akkus, el otro protagonista de la imagen.
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La fotografía, que se ha hecho viral en las redes sociales, esconde una trágica historia. Sus protagonistas son dos amigos, estudiantes universitarios, que murieron con una diferencia de cinco meses en dos ataques suicidas en suelo turco.
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