Bruselas, considerada por muchos como un santuario para los islamistas radicales en Europa, se convirtió este martes a su vez en el objetivo de un ataque yihadista, el peor de la historia de la ciudad y del país.
Los atentados en el aeropuerto internacional y en el metro de la capital europea, que dejaron al menos una treintena de muertos y más de 200 heridos, llegan cuatro días después de la captura del principal sospechoso de los atentados de París, Salah Abdeslam.
El francés de 26 años, que llevaba cuatro meses fugado, fue capturado el viernes en Molenbeek, la comuna de Bruselas donde creció, a pocos metros de su casa familiar.
"Es muy probable que el ataque (del martes) fuera planificado y preparado mucho antes del arresto de Salah Abdeslam, una de las figuras centrales" de los ataques del 13 de noviembre, explica a la AFPShiraz Maher, del Centro Internacional de Estudios de la radicalización (ICSR) en el King's College de Londres.
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